RECTOCELE
Un rectocele es la protusión a través del introito vaginal de la pared anterior del recto. La pared posterior vaginal y la pared anterior rectal están íntimamente relacionadas.
Este es un problema muy común en las mujeres que a menudo no produce síntomas. Otros órganos pélvicos pueden salirse en la vagina (“prolapsarse”) incluyendo la vejiga (cistocele) y el intestino delgado (enterocele), produciendo problemas similares.
Los rectoceles suelen ser causados por adelgazamiento del tabique recto-vaginal (una capa fina de tejido situada entre el recto y la vagina) y el debilitamiento de los músculos del suelo pélvico. Hay muchas cosas que pueden conducir al debilitamiento del piso pélvico, incluyendo:
- Partos vaginales
- Trauma de parto vaginal (por ejemplo, el uso de fórceps o vacío durante el parto, desgarro o episiotomía que es un corte quirúrgico en el área muscular entre la vagina y el ano hecha justo antes del parto)
- Historia de estreñimiento
- Esfuerzo crónico en las evacuaciones intestinales
- Cirugías ginecológicas (por ejemplo, histerectomía) o rectales
La mayoría de las personas con un pequeño rectocele no tienen síntomas. Cuando el rectocele es grande, generalmente hay un bulto visible en la vagina.
Síntomas rectales:
- Las heces quedan atrapadas en la protuberancia del recto (defecación obstructiva)
- La necesidad de presionar contra la vagina y / o el espacio entre el recto y la vagina para tener un movimiento intestinal.
- Necesidad de “ayudarse con el dedo” para extraer las heces (“digitación rectal”)
- Múltiples movimientos intestinales a lo largo del día
- Estreñimiento
- Dolor rectal.
Síntomas vaginales:
- Dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia)
- Sangrado vaginal
- Una sensación de tener algo en la vagina
Los cirujanos de colon y recto están especializados en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Un rectocele se encuentra a menudo durante un examen físico de rutina. Sin embargo, otras pruebas pueden ser necesarias para ayudar a evaluar su gravedad o conexión posible a los síntomas.
Defecografía o defecoRMN: Una prueba especial radiológica que muestra el recto y el canal anal a medida que cambian durante la defecación. Este estudio es muy específico y puede señalar el tamaño del rectocele y el grado en que el recto se vacía.
El tratamiento de rectocele sólo es necesario cuando causa síntomas que interfieren con la vida diaria:
Defecación obstructiva con digitación, rectocele grado IV que sale por fuera de la vagina, provocando molestias y heridas vaginales.
TRATAMIENTO NO QUIRÚRGICO
El objetivo es tener buenos hábitos intestinales diarios y heces blandas. Evitar el estreñimiento y el esfuerzo con los movimientos intestinales reducirá el riesgo de una protuberancia asociada con un rectocele.
Consejos preventivos y médicos:
- Coma una dieta rica en fibra y tome suplementos de fibra sin receta (25-35 gramos de fibra / día)
- Beba más agua (normalmente 6-8 vasos diarios)
- Evite el esfuerzo excesivo durante los movimientos intestinales
- Aplique presión en la parte posterior de la vagina durante los movimientos intestinales
- Haga ejercicios del piso pélvico como Kegel
- Biofeedback, una forma especial de fisioterapia del suelo pélvico dirigida a mejorar la sensación rectal y la contracción del músculo del suelo pélvico
- Ablandadores de heces
- Terapia de reemplazamiento de hormonas
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
El tratamiento quirúrgico de los rectoceles sólo debe considerarse cuando los métodos no quirúrgicos no hayan resuelto o mejorado los síntomas y la enfermedad interfiera con la vida diaria.
La cirugía puede ser abdominal (laparoscópica), rectal o vaginal.
La elección del procedimiento depende del tamaño del rectocele y de sus síntomas. El objetivo de la cirugía es:
- Eliminar el exceso de tejido causado por el rectocele
- Fortalecer la pared entre el recto y la vagina con el tejido circundante o el uso de un parche de malla
Antes de cualquier tratamiento, su médico evaluará si todos sus síntomas están relacionados únicamente con el rectocele. Existen opciones quirúrgicas y no quirúrgicas para el tratamiento de los rectoceles.
La tasa de éxito de la cirugía depende de los síntomas específicos y su duración.
La debilidad del suelo de la pelvis y de la musculatura pélvica de la paacinete también nos facilitará un mejor o peor pronóstico.
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