SUELO DE LA PELVIS

El 37 % de las mujeres tienen algún tipo de incontinencia o disconfort en el suelo pélvico. El suelo de la pelvis es una zona compleja que soporta muchos esfuerzos a lo largo de la vida. En especial en la mujer durante la dinámica del parto convergen fuerzas que pueden traer como consecuencia daños en la musculatura y vísceras pélvicas.

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. Su función es sostener los órganos pélvicos (vejiga y uretra, útero y vagina; y recto) en la posición adecuada porque de ello depende su normal funcionamiento.

Al ser una zona que involucra distintos órganos, su estudio se desarrolla en Unidades multidisciplinares (Unidad del Suelo de la Pelvis) que agrupan a especialistas Urólogos, Ginecólogos, Cirujanos Generales, Fisioterapeutas…

El Cirujano General se ocupa las enfermedades del compartimento posterior de la pelvis: rectocele, prolapso rectal y de la disfunción del esfínter anal (incontinencia fecal). Son enfermedades con mayor frecuencia de lo que se reporta porque los pacientes no suelen consultar por vergüenza o desconocimiento de tratamientos.

Para muchas mujeres el suelo pélvico es un gran desconocido. Sin embargo, esta musculatura es muy importante para nuestra calidad de vida porque si está debilitada afectará a nuestro bienestar físico y psíquico.

Se cree que esta estructura tiene forma de hamaca pero esta idea es errónea, debemos más bien imaginarnos un “puente colgante”. En este puente imaginario tendríamos el hueso sacro en un extremo (donde finaliza la columna vertebral) y en el otro lado el pubs. Los “cables suspensorios”, que gracias a su tensión adecuada mantendrían el puente firme, serían principalmente los ligamentos de sostén.

Estos unen las estructuras óseas con los órganos pélvicos, que se encontrarían colgando de este puente. Por último, el suelo del puente lo formaría un plano muscular (concretamente el músculo elevador del ano) y una lámina de tejido conjuntivo (es el tejido que en nuestro organismo proporciona sostén, donde encontramos fibras de colágeno ordenadas en paralelo, a modo de lámina; en el caso del suelo pélvico se llama fascia endopélvica).

A diferencia de un puente estático, nuestro suelo pélvico no es rígido, es algo dinámico, que se adapta a nuestro movimiento, a los cambios posturales… y lo hace siempre manteniendo una adecuada tensión que sujete nuestra vejiga, el útero y el recto dentro de la pelvis. Cuando el suelo pélvico se debilita, las estructuras que sostiene descienden y por lo tanto se altera su función.

Un suelo pélvico debilitado puede provocar incontinencia urinaria, molestias, prolapsos, (caída de los órganos intraabdominales), incontinencia fecal e incluso disfunciones sexuales. Si tienes alguno de estos síntomas, consulta con tu médico para valorar en qué estado está tu musculatura pélvica y que te derive a un especialista del suelo pélvico.

Los órganos pélvicos pueden dividirse en 3 compartimentos: anterior (vejiga y uretra), medio (útero y vagina, próstata y vesículas seminales) y posterior (recto, conducto anal y aparato esfinteriano).

Afecciones del compartimento posterior son el rectocele y el prolapso rectal (que trataremos más adelante) y la incontinencia anal. De ellos que se ocupa el cirujano coloproctólogo, especializado en colon, recto y ano.

La Incontinencia anal es una patología frecuente del suelo pélvico, con consecuencias devastadoras para aquellos pacientes que la presentan. Un mejor conocimiento de los factores asociados en conjunto a nuevas técnicas diagnósticas y tratamientos emergentes permitirán un mejor enfrentamiento ante esta patología.

La historia clínica y el examen físico detectan un factor asociado a la Incontinencia anal sólo en el 11% de los pacientes, mientras los exámenes complementarios pueden revelar una anormalidad en el 66% de los pacientes. Además estos test pueden cambiar la estrategia terapéutica hasta en el 76% de los casos.

Actualmente, la ecografía endoanal se considera indispensable para el estudio de la Incontinencia Fecal.

 

  • Anatomía del canal anal: comprobar integridad de esfínteres (externo e interno), canal anal alto, medio o bajo y en caso de incontinencia fecal para clasificarla en incontinencia de origen neurógeno o muscular. Valorar integridad del aparato esfinteriano con patologías asociadas como rectocele o prolapsos rectales.
  • Fistulas y abscesos anales: para valorar trayectos, orificios internos de las fístulas, abscesos…
  • Tratamiento dirigido: Exploración durante la cirugía de la fístula, de la fisura (toxina botulínica en canal anal), de la incontinencia (colocación de agentes bulking, Sphinkeeper….)

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  • Centro Ginecológico Bolonia

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